Esto que estás oyendo ya no soy yo.
Es el eco, del eco, del eco de un sentimiento.
Su luz fugaz alumbrando desde otro tiempo.
Una hoja lejana que lleva y que trae el viento.
Yo, sin embargo, siento que estás aquí.
Desafiando las leyes del tiempo y de la distancia.
Sutil, quizás, tan real como una fragancia.
Un brevísimo lapso de estado de gracia.
Eco, eco, ocupando de a poco el espacio de mi abrazo hueco.
J.D.
29 / mayo / 2011
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