No hubo foto porque no tuve mi cámara.
Decidí que no voy a prestarle a nadie nunca más mi cámara de nuevo. Sobre todo mientras este proyecto siga sucediendo porque detesto quedarme sin la foto del día. En realidad, nunca le había dado prestada mi cámara a nadie, y fue hasta esta ocasión que me di cuenta de lo dependiente que soy de ese aparato, y llegué a la conclusión de que no puedo prestarla. Tal vez dentro de 226 días (sólo tal vez), si los planetas se alinean, si estoy de buen humor, si no tengo planes, y si no encuentro otra salida, le llegue a prestar mi cámara a alguien que me importe y que realmente la necesite. Si no es bajo esas circunstancias, no.
En fin.
Hoy me dieron varios ataques de risa bien intensos y lo disfruté. Me desahogué mucho.
24 / septiembre / 2011
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