A mi me gusta andar de greña suelta
Es un milagro que mi pelo esté tan largo, hace mucho que no lo tenía así y que no lo disfrutaba cayendo sobre mis hombros. De pequeña detestaba que me hagan peinados abstractos o simplemente que me amarren el cabello. Yo siempre quería traerlo suelto (y enredado, pero eso sin querer) porque quería ser como pocahontas. Esto me traía problemas con mi mamá y con mis maestros en la escuela, pero pues yo era una chavita rebelde, la verdad; mi espíritu de pocahontas era más poderoso. A ver cuánto me dura el chistesito del pelo largo.
Hoy viví un día complicado. Fue como jugar serpientes y escaleras pero con puras serpientes.
- Ya que iba llegando a la escuela me di cuenta de que olvidé un trabajo (de equipo) y tuve que volver por él, pero mi escuela está como a 30 minutos de mi casa y fue el pánico total. El caso es que llegué a la escuela (ya con el trabajo), y se me derramó mi taza de té sobre el asiento de mi coche. Tuve que seguir mi vida sin mirar atrás. Ya en la clase, dijo el profesor que si queríamos igual podíamos enviarle el trabajo por correo... casi lloro.
- Fui (fácil) como a 4 o 5 restaurantes a comer (supuestamente) saliendo de la escuela, y los primeros 3 estuvieron cerrados, mientras que los demás eran todos carnivorísimos o muy por fuera de mi presupuesto. Así que tuve que volver a mi casa para encontrarme con que había medio mango cortado y pan, mejor conocido como mi almuerzo del lunes.
- Luego tenía que entregar unos rollos que fui a buscar al centro (igual está como a 30 minutos de mi casa) y los olvidé en el coche de Chalo, y como él es nómada era misión imposible alcanzar esos rollos. Así que no pude entregarlos.
- Me costó un trabajo impresionante concentrarme para terminar mis tareas. Impresionante.
Me urge volver a mis clases de yoga, lo deseo con todas mis fuerzas (que son pocas porque he dormido muy mal).
23 / enero / 2011
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